viernes, 4 de julio de 2008

BASADRE Y SU APORTE A LA PSICOLOGIA SOCIAL

Basadre y su aporte a la Psicología Social

VÍCTOR MONTERO LÓPEZ

Pertenezco a la última generación sanmarquina que tuvo contacto con Basadre vivo y por tanto fue influenciada presencialmente en sus últimos meses de vida. Éramos un grupo interdisciplinario: Mitrani, Toche, Quiróz, Montaño, Carrillo, Jave, Serna, Concha Sequeiros, Ruiz, entre otros. Ningún maestro impactó tanto en nosotros. Era uno de los sabios más connotados que ha tenido el Perú.

Ese contacto con dicho grupo me motivó a estudiar sus diferentes obras y descubrí que el maestro brindaba innumerables aportes a la comprensión de diversos fenómenos psicosociales.

Basadre tenía significativo conocimiento de teorías como el conductismo, la gestalt, informacional, humanista, fenomenológica, cognitiva, psicoanálisis; aplicaba ese conocimiento en sus diversos análisis. Además estaba muy bien informado de planteamientos como la teoría de los juegos, teoría del caos, etc.

Pero sobre todo tenía un dominio metodológico en la comprensión de la historia y de los actos humanos, gracias al uso del materialismo dialéctico e histórico. No era un análisis esquemático, ni dogmático, sino enriquecido por una profunda comprensión de la realidad peruana en sus aspectos geográficos, poblacionales, jurídicos, políticos, económicos, sociales, filosóficos, antropológicos, arqueológicos, educacionales, bibliotecológicos, literarios, técnicos y por supuesto psicológicos.

Tenía un saber excepcional y asombroso de la causalidad, a tal punto que combinaba aspectos de determinación y subdeterminación, acompañado de análisis de probabilidades, lectura semiótica y hermenéutica, con gran capacidad de análisis de contenido y capacidad predictiva que le daba gran visión del pasado, presente y futuro. Eso le permitía gran comprensión de las relaciones entre causalidad y casualidad. Al analizar el azar y la historia, es brillante pues logra detectar actos que pese a ser cotidianos o pequeños posibilitaban un gran giro en la historia. Análisis que podemos encontrar en Bleger, Erickson, Kosik, Lukacs, Gramsci.

Es así que Basadre tenía gran comprensión de la cotidianeidad y el azar, alertando que el Perú no se deje llevar por el oleaje del azar y maneje su destino. A esto se aunaba su capacidad hermenéutica, que a diferencia de otros estudiosos que sólo utilizan el psicoanálisis, él tiene un análisis Holístico.

Su disertación sobre la ética y la moral es modelo de tratamiento científico y filosófico. Sobre todo logra concretarlo a lo esencial de la problemática peruana, afirmando que nuestros grandes enemigos son: “los podridos, los congelados y los incendiados”. Su visión fue tan acertada que los vladivideos han confirmado su hipótesis, comprobando la gravedad de sus advertencias. Al igual, que el simbolismo del Perú como “la troncha” y la disputa entre “tronchistas”, imagen que también visualizara Rybeiro, cuyo deceso nos afectó tanto como el de Basadre. Al criticar utilizando esta imagen, él cuestiona actitudes como los del paternalismo, clientelismo que van a dar lugar a la formación de mafias sobre todo regionales. Esto lo tipifica lucidamente al señalar que “es el mundo de la vara, la coima, la mordida, los ayayeros, los patas, los compadres, los padrinos”, calificando a los “tronchistas” como parias que viven del Perú.

El historiador visualizó los terribles efectos que tendría la corrupción, el cinismo e indiferencia, y el terrorismo. Ninguna explicación más brillante del daño que los podridos, congelados e incendiados provocan al Perú, alertando sobre el gran peligro de la inacción.

Basadre tuvo una comprensión muy clara de las características de las multitudes- uno de los aspectos centrales de la Psicología Social-, llegó así a descubrir los diversos tipos de multitudes que se han constituido en el Perú: académica, deportiva, política, religiosa. En “La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú” las masas y colectividades populares aparecen como actores de la historia.

Además, este sabio se formó en EE.UU. y Europa, llegando a visualizar en una dimensión mucho mayor el significado del Perú; pero sobre todo vivenció las multitudes capitalistas, comunistas y socialistas, fascistas y nazis, captando los procesos de formación y evolución de estos grupos.

Su experiencia se multiplica con la amistad que tuvo con Tello y Mariátegui, con su conocimiento de Palma, así como con otros de los cuales toma distancia como Haya, Sánchez, etc. u otros a los que descubre en dos momentos como Riva Agüero (el progresista joven y el adulto conservador). El supo revalorar a Tello y testimoniar sobre las injustos tratos y acusaciones hacia el sabio oriundo de Huarochiri. E igual como ninguno revalora al indio diferenciándolo del campesino, descubriendo su verdad histórica en forma objetiva sin caer en sobrevaloraciones ni prejuicios. Su conocimiento sobre las teorías históricas y antropológicas le permite comprender el carácter de la sociedad inca y comprender mejor la formación del capitalismo en el Perú.

Es este conocimiento del Perú y del Mundo, lo que le permite ver la importancia de la modernización, pero sin dejar de afirmar la identidad. Esto le permite comprender el Perú y tener visión de futuro, como en “Perú: problema y posibilidad”.

Sin embargo, Basadre fue excepcional en su comprensión del personaje y su papel en la historia, lo estudia comprendiendo el espíritu de la época que forma su conciencia, la extracción de clase y familia que forman los valores, conductas, normas, costumbres, la evolución de la ideología y del conocimiento científico. Es así que nos ofrece un retrato integral de numerosos personajes peruanos.

Otro aporte, es su comprensión de la ciudad, precisando las características de las ciudades incas: militares, ferias y mercados, santuarios, diferenciadas de los ayllus para el comunero aldeano que no sufrían cambios. Así ciudades como Cusco no eran del tipo de las griegas y romanas, no eran tampoco libres.

Los análisis del historiador superan la limitada concepción del modo de producción asiático para explicar fenómenos de la realidad del Antiguo Perú. Categorías como esas responden a una visión desde el capitalismo que no puede constituirse como lógica universal, no comprenden la existencia de lógicas distintas de intercambio comercial, donde por ejemplo en nuestro país hasta hoy tienen peso las redes de parientes y paisanos.

Estas investigaciones le permiten comprender que no puede sobredimensionarse al Incario, lo cual es clave para superar el trauma de la Conquista –explicado también por Rostorowsky , Lumbreras, Hernández y otros estudiosos- , que entonces existía entre sus habitantes no sólo grandes diferencias políticas, religiosas, agrarias, lingüísticas; sino también raciales, de vestido, de educación entre costeños y serranos. Lo que implica grandes diferencias psicológicas entre los antiguos peruanos, importante para comprender nuestros problemas de identidad y personalidad; que incluso marcarían diferentes Proyectos Nacionales que se han dado en nuestra historia, como lo mostró Pablo Macera, y que a futuro nos marcan dificultades a superar para nuestra integración y los proyectos regionales que fortalezcan una real descentralización.

Además, comprendió con mucha anticipación el fenómeno del mestizaje; llegando a precisar que no es posible la “conciencia nacional indígena”, pues hay grandes diferencias entre quechuas, aymaras y comunidades selváticas.

Otro aporte es a la Psicología Política, pues tiene una comprensión amplia del origen, formación, proceso de desarrollo y evolución de los partidos políticos en el Perú. Su comprensión y defensa de la democracia son muy nítidos, incluso vivencialmente, tanto que sufrió prisión en San Lorenzo por sus ideas sobre el Imperialismo y el capital norteamericano.

La política la concibe como “descubrimiento y ordenación del destino nacional... información sobre la vida contemporánea...valorando la economía para ir venciendo... las distancias...que dividen a los peruanos y para escuchar las aspiraciones y urgencias latentes”.

Nos dice que no puede entenderse la política como aventura, poder personal, cinismo, impiedad, vaga retórica”, ni el poder como tiránico, arbitrario, sensual, oportunista para repartir prebendas a amigos o marginar a los enemigos.

Comprende que un aspecto básico a desarrollar es el de ciudadanía. Ninguno otro logra captar con tanta precisión lo que significa la Patria ni la identidad nacional. Es claro en demandar el desarrollo de las habilidades sociales y habilidades para la vida en la población peruana, sobre todo es ejemplar en sus planteamientos sobre la autoestima y la desesperanza aprendida. Pero ante todo afirma fenómenos claves para el desarrollo y el cambio como la esperanza, asertividad, toma de decisiones, autocontrol, motivación de logro y de afiliación, la experiencia de logro, la recuperación histórica; fenómenos planteados luego por Maritza Montero y Ignacio Martín Baró como aspectos claves de una Psicología para el Desarrollo y la Liberación.

Define Patria como “un conjunto de derechos inalienables y, al mismo tiempo, un repertorio de deberes a través de una inmensa diversidad de actividades, cada una de las cuales necesita ser compatible con la legítima existencia de todos”.

Otro aspecto donde dio valioso aporte, es el de la Guerra. Su apreciación de las Guerras Mundiales, del Imperialismo, de la lógica de las superpotencias, etc. es de claridad meridiana; quizá si no llegó a prever la caída de los “socialismos reales”.

Respecto a la Guerra con Chile, su aporte es invalorable, pues la tipifica objetivamente como una guerra de Inglaterra contra el Perú, apoyado en la burguesía chilena, donde al final tanto Chile como Perú fortalecen el dominio inglés. Es agudo al develar el trauma de la Guerra para el Perú; sin dejar de puntualizar que estábamos ante un Perú que era una sociedad desarticulada económica, social y moralmente, un país muy limitado en sus posibilidades de desarrollo y con sus fuerzas productivas colapsadas. Aclara que no se trata de un poderío sobredimensionado sino de fuertes limitaciones en estrategia militar y de operación del Ejército peruano, que es tan débil que hasta los caudillos de entonces eran capaces de derrotarlo.

Ante tantos aportes, incluso aún por descubrir, nos plantea el cuestionarnos el limitado abordaje de numerosos temas por parte de la Psicología Social, Comunitaria, Ambiental, Organizacional, y Política en nuestro país, en contraste con otros en contraste con otros latinoamericanos.

El reto es avanzar en estudios estratégicos para el desarrollo nacional. Espero que los científicos sociales aunemos esfuerzos para esta gran tarea. Como Basadre decía: Que el Perú no se pierda por la inacción de los peruanos.

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