miércoles, 20 de mayo de 2009

HOMENAJE A MARIO BENNEDETTI

HOMENAJE A MARIO BENNEDETTI

Nuevamente estoy triste y dicen que con los amigos hay que compartirlo todo, pero está en el otro si se contagia de esa tristeza.

Quice hacer este homenaje pronto porque sentia que ya Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, mas conocido como Mario Bennedetti pronto nos dejaría, pero lamentablemente fue muy pronto.

Bennedetti es un ejemplo de revolucionario, exiliado de su pais por sus ideas, el es un ejemplo de lo que es un verdadero revolucionario en lo cotidiano, en la intimidad. Esos que hablan de "sello de clase" y en la vida no sellan nada, esos debieran aprender lo que es la diferencia de un verdadero humanista en lo individual, en el discurso, aprender de su ternura que se antepone a la violencia.

Bennedetti es criticado por algunos de supuesto "ateismo" yo diria que el establece un dialogo profundo con Dios, es una mirada creativa de Dios, una muestra es con estos dos poemas que les envio: "Y si Dios fuera mujer" y "Ausencia de Dios". Creo que su dialogo con Dios es parecido al de Vallejo profundamente humano, religioso, con fe y constructivo.

Bennedetti es eterno en mi, recuerdo que sus poemas como "Te quiero" acompañaron los primeros presentes que di a mi esposa cuando eramos enamorados y ella siempre recuerda: "...Te quiero porque eres mi amor, mi complice y todo y en la calle codo a codo somos mucho mas que dos". Acompaño tambien este bello poema que ahora me pregunto cuantas parejas habran hecho suyo.

Tambien adjunto el hermoso poema "Yo no te pido" que es un himno al amor y fue convertido en cancion por Pablo Milanés, es una de las canciones que más me gusta. Y los poemas "Tactica y estrategia" y "Ustedes y nosotros" que marcan la diferencia entre el verdadero humanista y el conservador, que muestran como la ternura se vuelve cotidiana y que el amor es lo más trascendente, que el arte es lo más revolucionario y que es a partir de lo individual que se da la transformacion humana. Por eso este autor traduce a una generacion que verdaderamente fue comprometida, con utopias no solo en lo social sino en sus propias vidas.

Bennedetti gano los más altos premios como escritor, de una produccion extraordinario con 80 libros entre diversos generos. Uruguay, America y la Humanidad ha perdido a un hombre muy valioso.

Adjunto la noticia aparecida en Diario La Republica y los poemas prometidos como homenaje a este gran poeta.

Otra vez les di una noticia triste pero no negarán que les di la oportunidad de leer nuevamente unos bellisimos poemas.

Victor Montero Lopez

Tomado de Diario La Republica

El escritor uruguayo Mario Benedetti murió hoy 17 de mayo en Montevideo a la edad de 88 años, informaron fuentes próximas a su familia.

Benedetti, que padecía un delicado estado de salud, estaba en su domicilio de la capital uruguaya al momento de morir.
El escritor estuvo hospitalizado cuatro veces el año pasado en Montevideo debido a diversos problemas físicos.
La primera vez entre enero y febrero de 2008 tras sufrir una enterocolitis que le causó deshidratación; la segunda vez en marzo, con problemas respiratorios, y por tercera vez, en mayo del pasado año a causa de una descompensación general.
La última, desde el pasado 24 de abril hasta el 6 de mayo, cuando el escritor recibió el alta médica y regresó a su domicilio tras doce días de internación al agravarse una enfermedad intestinal crónica.
Benedetti fue autor de más de ochenta libros de poesía, novelas, cuentos y ensayos, así como de guiones de cine, fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1999), el Premio Iberoamericano José Martí (2001) y el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2005).
Su última obra publicada, el poemario "Testigo de uno mismo", fue presentada en agosto del año pasado.
Antes de su último ingreso, Benedetti estaba trabajando en un nuevo libro de poesía cuyo título provisional es "Biografía para encontrarme". (EFE)

POEMAS DE BENNEDETTI

Te quiero


Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Si Dios fuera una mujer
¿y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.



Ausencia de Dios

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos

no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Ustedes y nosotros

Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial,
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.

Ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez,
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien.

Ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom,
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud.

Ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón,
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función.
Ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal,
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar.
Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial,
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.




Yo no te pido

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegará
y del presente
qué le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.


POEMA A BENNEDETTI

Enviado por José Vásquez Ortega

Hoy es un día triste y gris
¡Mario Benedetti!
Así estamos
consternados
rabiosos
aunque esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles
da vergüenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales
de tu nombre
en la rígida máquina
que nunca
nunca estuvo
con la cinta tan pálida
vergüenza tener frío
y arrimarse a la estufa
como siempre
tener hambre y comer
esa cosa tan simple
abrir el tocadiscos y
escuchar en silencio
sobre todo si es
un cuarteto de Mozart
da vergüenza el confort
y el asma da vergüenza
cuando tú comandante
estás cayendo
ametrallado
fabuloso
nítido
eres nuestra conciencia acribillada
dicen que te quemaron
con qué fuego
van a quemar las buenas
las buenas nuevas
la irascible ternura
que trajiste y llevaste
con tu tos
con tu barro
dicen que incineraron
toda tu vocación
menos un dedo
basta para mostrarnos el camino
para acusar al monstruo y sus tizones
para apretar de nuevo los gatillos
así estamos
consternados
rabiosos
claro que con el tiempo la plomiza
consternación
se nos irá pasando
la rabia quedará
se hará más limpia
estás muerto
estás vivo
estás cayendo
estás nube
estás lluvia
estás estrella
donde estés
si es que estás
si estás llegando
aprovecha por fin
a respirar tranquilo
a llenarte de cielo los pulmones
donde estés
si es que estás
si estás llegando
será una pena que no exista Dios
pero habrá otros
claro que habrá otros
dignos de recibirte Comandante




Poeta combatiente del amor

César Lévano


Mario Benedetti ha muerto. Su partida nos entristece a todos, pero sobre todo a los jóvenes. Los muchachos y las muchachas lo identificaban como el poeta del amor.

Hace algunos años, en el Palacio de las Artes de Ciudad de México, se le rindió homenaje. Miles de jóvenes repletaron la sala, mientras afuera otros miles, que no habían podido ingresar, se sumaban a la celebración y soportaban, durante horas, la lluvia recia de esa noche.

Desde los días de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, no se había visto en América Latina una consagración tan apasionada.

Ello se debía al hecho de que Benedetti cantó hasta el fin el amor de la pareja humana, pero también la lucha de los que buscan, a la par y más allá de la felicidad nupcial, la justicia, la igualdad, la libertad.

El poema Te quiero lo explica. He aquí un fragmento: “Te quiero por tu mirada / que mira y siembra futuro / tu boca que es tuya y mía / tu boca no se equivoca / te quiero porque tu boca / sabe gritar rebeldía / si te quiero es porque sos / mi amor mi cómplice y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos”.

Fue Benedetti un creador comprometido con la causa de la democracia y la cultura. Por serlo, las dictaduras fascistas que el imperialismo sembró en nuestra América, lo persiguieron. Cuando la institucionalidad de Uruguay fue arrasada, huyó a la Argentina, de donde también tuvo que escapar bajo amenaza de muerte. En esos días se refugió en el Perú.

El compromiso social impregnó su obra. Cuando, con participación directa de agentes yanquis, el Che fue asesinado en Bolivia, la CIA le hizo cortar las manos para certificar su identidad. En honor del héroe, dijo el poeta: “Un solo dedo tuyo basta para mostrarnos el camino”.

Era un hombre tan sencillo como su poesía. Al final, la congoja lo estremeció, y escribió: “Me he quedado sin proust y sin vallejo / sin quiroga ni onetti ni pessoa / ni pavese ni walsh ni paco urondo / sin eliseo diego sin alberti / sin felisberto hernández sin neruda / se fueron despacito en fila india”.

Ahora se suma él a la fila.

Nos quedan su poesía, sus novelas, cuentos, ensayos.

Y también sus canciones. Sus versos se volcaron en música compuesta por Daniel Viglietti y Joan Manuel Serrat.

Un peruano contribuyó al cancionero benedittiano: Víctor Merino, quien hace diez años fue invitado por Tania Libertad para que musicalizara poemas de Benedetti. Merino fue a México y el fruto de su trabajo fue el disco La vida, ese paréntesis, que el poeta celebró. Se juntaron allí las voces de Tania, Serrat y Willy Colón.

Ojalá, la noche del martes próximo, en su Concierto en Fe Mayor en la Biblioteca Nacional, lance Víctor al aire de la sala alguna de las canciones en las que el poeta puso la letra y el alma.

19.05.09

Benedetti
Mié, 20/05/2009 - 20:33

Por Mario Munive

Los jóvenes solían enamorarse con los versos de Mario Benedetti. En hojas de cuaderno escribían: Una mujer desnuda y en lo oscuro genera una luz propia y nos enciende. Como conjuros, repetían al oído de una muchacha un poema hecho canción: Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía. Quién no se leyó de un tirón la historia de Martín Santomé y Laura Avellaneda. Durante buena parte de sus años mozos le dieron las gracias al poeta por haber prendido en ellos el fuego de la utopía.

Tiempo después, cuando se hicieron adultos, y cierto desencanto les nubló el corazón, descubrieron que la poesía era francamente inútil. En la otra orilla hubo quienes se volvieron mucho más exigentes y severos. Alguien escribió entonces que Benedetti le sonaba insoportablemente cursi, básico y panfletario. Medio mundo asintió. A mí me pareció un juicio excesivo, pero en fin... Me pasa con los poemas de Benedetti lo mismo que con ciertas canciones populares que escuché alguna vez. Uno no se puede desprender de ellas.

Tampoco lo he intentado. Son parte de un aprendizaje en la vida. Hay en esos versos una estremecedora e irrenunciable sencillez que nos seguirá nutriendo como los viejos conjuros. Ya lo decía el poeta: Si dios fuera mujer no se instalaría lejana en el reino de los cielos sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno con sus brazos no cerrados su rosa no de plástico y su amor no de ángeles.



BIOGRAFIA DE MARIO BENNEDETTI

Vease Wikipedia; es.wikipedia.org/wiki/Mario_Benedetti

Preso por poeta
Mar, 19/05/2009 - 20:19
Por Ángel Páez
Nunca conocí a Mario Benedetti, pero tuve con él una relación entrañable. Supe del valor de su poesía cuando un policía me condujo a prisión al descubrir entre mis pertenencias de estudiante de segundo año de secundaria un puñado de malos poemas que relataban las miserias de la dictadura militar. Eran versos inspirados en Poemas de otros (1974), el libro de Benedetti en el que destaca “Hombre preso que mira a su hijo”.
Mientras era interrogado y golpeado para dar nombres, recordé el poema que concluye así: “Gritamos berreamos moqueamos chillamos/ maldecimos/ porque es mejor llorar que traicionar/ porque es mejor llorar que traicionarse/ llora/ pero no olvides”. Yo, en ese momento, era un hijo preso. Mis padres jamás habían tenido a un hijo preso. Más que las patadas, me dolió más que los interrogadores creyeran que mis malos poemas no eran míos sino de una organización subversiva y me presionaban para que revelara la identidad de los dirigentes. No decía nada porque no sabía nada. Para darme valor, entre lágrimas murmuraba el poema de Mario Benedetti: “Es mejor llorar que traicionarse”, “Es mejor llorar que traicionarse”, “Es mejor llorar que traicionarse”. Como no pudieron arrancarme ninguna confesión, me soltaron en la fría madrugada, magullado y feliz, aunque los policías se quedaron con mi cuaderno de poemas. Por la poesía me llevaron preso, por la poesía salí en libertad.

COMENTARIOS

Hermano Víctor, la sentida muerte de Mario Benedetti y tus sentidas palabras me han traído a la mente estas palabras lapidarias que él escribió en Despites y Franquezas: "La muerte es una traición de Dios".

Un abrazo

Manolo

Gracias a los colegas Victor Urbano y Lorenzo Rolandi tenemos este poema de Bennedetti "Certificado de existencia" y un articulo en respuesta a Vargas Llosa por haberlo hablado de los escritores "corruptos y contentos" mencionandolo.

"VARGAS LLOSA SE PASO DE CUBA A ISRAEL "

MARIO versus MARIO

El innegable talento demostrado por Mario Vargas Llosa en sus siete novelas, los premios y honores acumulados en más de veinte años, así como la extraordinaria difusión alcanzada por sus libros, han generado y generan una razonable expectativa ante cada uno de sus comentarios y opiniones, aun cuando no se limiten al campo específico de la literatura. En los últimos años, el autor de La casa verde ha mostrado cierta preocupación por explicar sus preferencias y desencantos políticos. Entre las primeras figura, por ejemplo, el Gobierno de su país, encabezado por Fernando Belaúnde Terry; entre los segundos están la revolución cubana y, de un tiempo a esta parte, la revolución sandinista. Desde 1960 a la fecha, Vargas Llosa ha efectuado un viraje espectacular en sus predilecciones políticas, y si bien siempre se ha esforzado por demostrar que su desvelo especial es la libertad, lo cierto es que hace quince años era entusiastamente apoyado por las izquierdas latinoamericanas, y hoy en cambio es halagado y arropado por las derechas. Es claro que en aquel apoyo y en este sostén caben anchas franjas de malentendidos que no corresponden al autor en cuestión, pero de todas maneras son señales a tener en cuenta. Las izquierdas suelen equivocarse en sus fervores; las derechas, casi nunca.
Me parece absolutamente legítimo que un escritor, y más si es alguien conocido y admirado como Vargas Llosa, se sienta tan presionado por la realidad como para pronunciarse frecuentemente sobre ella. La circunstancia de que muchos intelectuales latinoamericanos, a pesar de no practicar la obsecuencia ni la obediencia ciega que suele atribuirnos Vargas Llosa, mantengamos nuestra adhesión a las revoluciones de Cuba y Nicaragua no nos impide comprender que vanos aspectos de esas realidades hieran, vulneren o incluso descalabren ciertas pautas y arquetipos de otros intelectuales. De modo que mientras Vargas Llosa se limitó a expresar su visión personal de lo que consideraba un sistema político ideal (modelo que, con los años, se fue desplazando de Cuba a Israel), así como sus implacables juicios ante los arduos procesos revolucionanos, la distancia entre sus posiciones y las de la mayoría de los intelectuales latinoamericanos sigue creciendo, pero el respeto mutuo se mantuvo. Hoy Vargas Llosa reconoce de manera explícita (véase la entrevista concedida a Valeno Riva en Panorama, Roma, 2 de enero de 1984) que su postura es francamente rninoritana entre los intelectuales de nuestros países.
Esa comprobación no sólo lo sacude y lo irrita, sino que lo lleva a un nivel de agravios que no suele ser moneda corriente en el mundo cultural latinoamericano, donde siempre han existido y coexistido enfoques diversos y hasta contradictorios.
Frecuentemente leo artículos de Vargas Llosa y entrevistas que concede a los medios de comunicación; sin embargo, en el reportaje de Panorama antes mencionado encuentro por vez primera algunas tajantes afirmaciones que nunca vi reflejadas en sus colaboraciones latinoamericanas. Pude leer esa nota porque unos amigos me la enviaron desde Italia debido a que yo era allí directamente aludido. Corruptos y contentos titula Valerio Riva a toda página el artículo en cuestión, sintetizando así el diagnóstico de su ilustre interlocutor acerca de sus colegas latinoamericanos. Sólo menciona tres excepciones (aclara que «hay que buscarlas con linterna»); Octavio Paz, Jorge Edwards y Ernesto Sábato, pero tengo mis dudas de que este último se sienta halagado por integrar la terna. Según declara Vargas Llosa, el llamado caso Padilla le restituyó la soberanía individual, y desde entonces ya no se siente «una suerte de zombi, de robot, de instrumento», como sugiere que todavía han de sentirse muchos de sus colegas. Traza una línea divisoria entre los intelectuales de Europa y los de América Latina: «Entre los intelectuales europeos de izquierda ha tenido lugar un saludable replanteamiento, pero en América Latina la mayoría baila aún obedeciendo a reflejos condicionados, como el perro de Pavlov». Cuando Valerio Riva le pregunta cuántos y quiénes son esos «intelectuales condicionados», Vargas Llosa responde: «Gabriel García Márquez, Mario Benedetti y Julio Cortázar. Éstos son los más ilustres, pero luego hay un número infinito de intelectuales medianos y menores, todos perfectamente manipulados, subordinados, corruptos. Corruptos por el reflejo condicionado del miedo de afrontar el mecanismo de satanización que posee la extrema izquierda. (...) Intelectuales respetabilísimos tragan las mentiras más infames simplemente para no ser triturados por ese mecanismo de difamación».

Entiendo que el propio Vargas Llosa no es una aceptable prueba de su teoría, ya que desde hace años se viene despachando a gusto sobre algunas de nuestras más firmes convicciones, y sin embargo no parece haber sido muy triturado: no sólo no recuerdo que nadie lo haya tratado de «corrupto y contento», ni siquiera de «perro de Pavlov», sino que más bien ha sido promocionado, elogiado, editado, premiado y traducido como pocos escritores de este mundo. Tal vez su caso podría ser ejemplo del extraordinario apoyo que puede lograr un escritor cuando, además de producir excelentes obras, ataca las posiciones y actitudes de izquierda. Realmente, Vargas Llosa no es demasiado convincente como modelo de intelectual triturado.
Pero no se detiene allí: «En los países del Tercer Mundo y sobre todo en América Latina, el intelectual es un elemento fundamental del subdesarrollo. No es alguien que lucha contra el subdesarrollo, sino que él mismo es un factor de subdesarrollo, ya que es un gran propagador de estereotipos y crea reflejos intelectuales condicionados. Al repetir todos los lugares comunes de la propaganda, termina por obstruir cualquier posibilidad de creación de nuevas fórmulas de liberación», Tengo la impresión de que la teoría de los reflejos condicionados ha ido condicionando a Vargas Llosa. Gracias a Pavlov sabemos ahora que el subdesarrollo no es una consecuencia del desarrollado y subdesarrollante imperialismo, ni de las intocables transnacionales, ni del extendido analfabetismo, sino del alfabetizado y maligno intelectual. Toda una revelación, aunque nos sea difícil imaginar (quizá debido a que somos zombis o robots) que Carpentier o Neruda resulten más culpables de nuestras miserias que la United Fruit o la Anaconda Copper Mining. Es probable que cuando Vargas Llosa menciona el carácter corrupto (y contento) de la mayoría de los escritores latinoamericanos esté pensando en el oro de Moscú. Lamentamos desilusionarlo. Ni los mejores atornillados robots de entre nosotros hemos tenido acceso a esa cuota áurea. Supongo que no se referirá a los derechos de autor generados en los países socialistas, en primer término porque son harto dificiles de cobrar, y en segundo, porque el propio Vargas Llosa ha sido profusamente publicado por las editoriales comunistas.
A un intelectual del alto rango artístico de Vargas Llosa debe exigírsele una mínima seriedad en los planteos políticos, particularmente cuando éstos ponen en entredicho la probidad de sus colegas. Hablar de «corruptos y contentos» en una rejón del mundo en la que hay tantos intelectuales perseguidos, prohibidos, exiliados; donde hay por lo menos veintiocho poetas (incluido su compatriota Javier Heraud) que perdieron la vida por causas políticas; un continente que ha conocido el holocausto de Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Paco Urondo; la desaparición de Julio Castro; el asesinato de Roque Dalton e Ibero Gutiérrez; la prisión de Carlos Quijano y Juan Carlos Onetti; la tortura de Mauricio Rosencof y la muerte heroica de Leonel Rugania; hablar de «corruptos y contentos» en ese marco de discriminación y de riesgo, de amenazas y de crimen es, por lo menos, una actitud insoportablemente frívola.
Ni corruptos ni contentos. El segundo calificativo es casi tan grave como el primero, y revela el mismo desconocimiento del material humano que hoy sostiene y profundiza la cultura de América Latina. ¿Cómo podremos estar contentos si en cada minuto muere un niño en América Latina debido a hambre o a enfermedad; si cada cinco minutos ocurre un asesinato político en Guatemala; si hay treinta mil desaparecidos en Argentina?
Confieso que, en el fondo, ésta ráfaga de agravios, esta virulenta ofensiva que Vargas Llosa dedica a aquellos intelectuales que no comparten sus ideas, me decepciona bastante. Precisamente por haber disfrutado tanto, como lector, de la obra de Vargas Llosa, me entristece particularmente esta injusta diatriba, esta falta de mínimo respeto a quienes, como él, aunque probablemente no tan bien como él, luchamos a diario con la palabra y tratamos de convertirla en literatura, es decir, en patrimonio de todos. Hace tiempo que nos hemos resignado a que no esté con nosotros, en nuestra trinchera, sino con ellos, en la de enfrente, pero en cambio no podemos resignarnos a que, por diferencias ideológicas o amparado quizá en las dispensas de la fama, recurra al golpe bajo, al juego ilícito, para reforzar sus respetables argumentos.
Afortunadamente, la obra de Vargas Llosa está netamente situada a la izquierda de su autor, y seguirá siendo leída con fruición por los zombis, los robots y los perros de Pavlov.

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